La prostitución ajena o explotación sexual, es una modalidad de trata de personas, que se adapta a las circunstancias que viven las sociedades contemporáneas y para muestra; desde antes que iniciara la pandemia de COVID-19, los proxenetas (explotadores sexuales), ya utilizaban internet como un medio más para obtener ganancias, sin embargo, a raíz del confinamiento para prevenir
contagios de coronavirus, se refugiaron en la red, ofreciendo diversos servicios a través de sus víctimas, tales como: paquetes de fotografías desnudas, vídeos- eróticos, cibersexo, hotline, video-llamadas e incluso sexo a domicilio, usando: Blogs, Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y en grupos cerrados de WhatsApp.