Ante la realidad que vivimos los poblanos en estos momentos por la tremenda epidemia del Covid19, inseguridad, delincuencia, falta de empleo, se hace necesario canalizar los esfuerzos de la ciudadanía y el gobierno, en garantizar la impostergable tarea de dar la mejor solución.
Ante todo esto, el pasado 12 de noviembre, se presentó una reforma a la Ley Estatal de Salud con la finalidad de adicionar un capítulo denominado Interrrupción Legal del Embarazo, desde la concepción hasta la décima segunda semana de gestación.
Científicamente está comprobado que desde el momento de la concepción existe otra vida, con su propia frecuencia cardiaca y un ADN diferente. Por lo tanto “hay que eliminar las causas que favorecen los atentados contra la vida, asegurando sobre todo el apoyo debido a la familia y a la maternidad; la política familiar debe de ser eje y motor de todas la políticas sociales (90 Evangelium Vitae, 1995).
El Consejo Diocesano del Apostolado de los Laicos (CODAL) que agrupa todos los movimientos, apostolados y grupos de católicos comprometidos con el Evangelio, asumimos el compromiso del deber de conciencia, de manifestar la voluntad de respetar, proteger y defender la vida, como nos lo hace saber el Catecismo de la Iglesia Católica no. 2270: “La vida humana debe ser respetada y protegida desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (cf CDF, instr, Donum Vitae 1,1)
