Todo hace indicar que la sucesión Presidencial ya dividió y fracturó a la familia López Obrador y que se está en la antesala de una contienda entre hermanos, sin olvidar el papel que juega –y seguirá jugando- doña Beatriz Gutiérrez Müller, más el rol que tienen –y tendrán- los brother López Beltrán –José Ramón, Andy y Gonzalo-
Tanto Sheinbaum, como Ebrard, a través de sus respectivos “cuartos de guerra”, no dudaron en lanzar una agresiva campaña mediática en redes sociales para presumir el respaldo de los hermanos López Obrador.
Pío López Obrador reiteró su simpatía por Marcelo Ebrard y lo consideró como la mejor opción para dar continuidad a la Cuarta Transformación”.
Ante el sorpresivo golpe propagandístico ebraderista, vino el revire claudista.
“¡Es Claudia!”, soltó en video José Ramiro –Pepín- López Obrador.
¿Y cuál de los López Obrador se ha decantado por Adán Augusto?
-Pues-, ni más, ni menos, señala a este espacio agudo analista político, que el hermano mayor y Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Ataja:
Sin destapar, destapó a su paisano y hermano político Adán Augusto.
Afirma:
Adán es el “caballo negro” de la carrera presidencial del 2024.
Inquiere:
¿Adán requiere del apoyo de algún hermano López Obrador, si tiene el de Andrés Manuel?
-De 7 hermanos, viven José Ramiro, Pedro Arturo, Pío Lorenzo, y el gemelo Martín Jesús; fallecieron en 1969 José Ramón y en 2020 la única mujer Candelaria Beatriz, gemela de Martín-
PÍO Y PEPÍN DIERON EL
“BESO DEL DIABLO”…
Vaya juego político sucesorio el que están jugando José Ramiro –Pepín- y Pío Lorenzo con las corcholatas.
Pío Lorenzo, desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde reside, subió el video donde hace “el llamado respetuoso, fraterno y solidario para que se sumen al proyecto de Marcelo Ebrard”.
Y José Ramiro salta a la escena mediática desde la casa familiar en Macuspana, Tabasco, con la frase… “¡Es Claudia!”.
Lo que lleva a la interrogante:
¿Pepín y Pío le dieron el “beso del diablo” a Claudia y a Marcelo?
¿Será…?
El dato es duro –y no especulativo-
La relación de Andrés Manuel con sus hermanos no siempre ha sido estrecha ni fraternal al cien por ciento.
Ha sido distante y un tanto cuanto lejana.
Rara vez habla de su familia.
O lo que representaron sus padres Manuela Obrador González y Andrés López Ramón.
Con excepción de su hermana menor Candelaria Beatriz, a quien abrazó efusivamente en 2018, siendo Presidente Electo Andrés Manuel.
Además, cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México -2000 al 2005- casi nunca se vio a sus hermanos.
Tampoco aparecieron en 2006, ni en el plantón de seis meses en Paseo de la Reforma.
Ni se les vio en el 2018, ni durante la contienda electoral ni en los 5 años que lleva en Palacio Nacional.
Salvo en 2020, cuando Pío fue exhibido recibiendo sobres con dinero de manos de David León, quien trabajaba en el gobierno de Manuel Velazco en Chiapas.
Vaya entramado político familiar.
Vaya situación sucesoria Presidencial inédita.
Por un lado los hermanos de sangre apostando por Sheinbaum y Ebrard.
Y por el otro, Andrés Manuel llama en público –y en sus mañaneras- hermanos a Claudia, Marcelo y Adán Augusto.
¿Cómo y con quién terminará el 2024?
La última palabra la tienen Andrés Manuel.
¿O no es así, señor López Obrador?
Al tiempo.
