Vaya Waterloo al que ingresó el Senador Alejandro Armenta Mier, quizás por decisión propia o llevado por su ansia novillera de obtener el “vo.bo” del huésped de Palacio Nacional para la candidatura al Gobierno de Puebla.
Y qué mejor manera de “congraciarse” con el mandatario nacional, que el exhibir públicamente, desde la máxima tribuna del Congreso de la Unión, a la Magistrada Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández.
El “quid” está –o estará, al tiempo- que Norma Piña en el serial del texto, vía WhatsApp, nunca intimida, menos amenaza, a Alejandro Armenta.
Fue una conversación del pasado 16 de mayo.
Intercambio de expresiones que sirvieron, para que al siguiente día, el legislador tomara la Tribuna del Senado para hacerla acusar y señalar con índice flamígero a la Ministra.
Pero, de ¿qué la acusa?
¿Cuáles amenazas?
¿Dónde está la intimidación?
Ninguna.
Veamos el intercambio textual de mensajes:
NPH: “Hola, soy Norma Piña. Hablo a nombre estrictamente personal, pero lo sostengo en público. ¿Usted puede ver a los ojos a sus hijos o hijas después de lo que dice?
AAM: “Sí, Norma, dígame”.
NPH: “Lo que le escribí”.
AAM: “Sí y ¿usted lo puede hacer?
NPH: “Totalmente”.
AAM: “¿Usted tiene calidad moral para preguntar ello?”.
NPH: “Totalmente”.
AAM: “Qué bueno”.
NPH: “La vida nos juzgará. Buenas noches”.
Posteriormente, la Ministra Norma Piña reinicia la conversación.
NPH: “Y si quiere hacer pública esta conversación yo no tengo problema”. “Sin duda a ud. Y a todos”.
AAM: “¿Me está amenazando? Claro que lo voy hacer. La reto a que me lo diga en público”.
NPH: “Para nada. Estoy convencida que la verdad siempre triunfa”.
AAM: “Mañana –miércoles- daré rueda de prensa y haré pública sus expresiones que claro que las tomo como amenazas”.
NPH: “Está en su derecho”.
AAM: “Claro que estoy en mi derecho y usted sabe por su experiencia lo que motivó su comentario inapropiado e intimidante”.
NPH: “No es intimidante. Fue un comentario de corazón. Una disculpa si mis comentarios lo ofendieron”.
AAM: “Está violentando mi derecho a expresarme con sus comentarios que seguramente son producto de mi trabajo legislativo, me sostengo, se debe democratizar al Poder Judicial por el bien de la Patria”.
NPH: “Ok lo respeto”.
AAM: “Sus comentarios reflejan un sentido distinto. No me va a presionar ni a intimidar Ministra Presidente”. Fin de la cita.
Lo anterior lleva a preguntar al periodista Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, en El Universal:
“¿No será que el senador Alejandro Armenta, que está en busca de ser candidato a la gubernatura de Puebla, quiso aprovechar la conversación para jalar reflectores sobre su trabajo legislativo?”
El apunte del senador del PAN Germán Martínez:
“Me solidarizo con la Ministra Piña, antes de cuestionar a los de Morena: La mitad de solidaridad que tienen con la plagiaria Yasmín Esquivel, la mitad de la que tienen con el fraudulento Arturo Saldívar que quiso dos años más por encima de la Constitución, es la que quiero ver para Norma Piña”.
Legislador de Movimiento Ciudadano Jorge Álvarez Máyez:
“Armenta se tiró al suelo con mensajitos de WhatsApp, cuando todos los días, en las puertas de la Corte, Piña tiene a golpeadores financiados por el Gobierno de la CDMX”.
Diputado de Acción Nacional José Elías Lixa:
“Cayó en lo patético el presidente del Senado haciendo el ridículo nacional y ganando la medalla al “bufón de la semana”.
“Armenta se puso ‘celosito’ de que (Ignacio Mier, coordinador morenista en la Cámara de Diputados) propusiera la locura de una consulta popular para elegir a los Ministros”.
Julio Hernández López, autor de la columna Astillero en La Jornada:
“EN CANDENTE DUELO por la candidatura a gobernador de Puebla con su primo Ignacio Mier, coordinador de los diputados federales morenistas, Alejandro Armenta, quien a la vez lo es de los senadores del mismo partido, se aventó ayer –miércoles- un señalamiento osado que probablemente va a influir en su calificación hacia la citada postulación poblana, pues denunció haber recibido algo así como amenazas desde un teléfono que presuntamente correspondería a la ministra presidente de la Corte, Norma Piña. De ser cierto el señalamiento, avanzaría Armenta en el casillero morenista; de no ser cierto, quedará tachado por este desliz”.
Columna Bajo Reserva de El Universal:
“Nos cuentan que, al parecer el presidente del Senado, el morenista Alejandro Armenta, vio su vida amenazada luego de recibir un “terrorífico” mensaje de WhatsApp, que alguien que dijo ser la presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña, le mandó. “Usted puede ver a los ojos a sus hijos o hijas después de lo que dice?”, decía el “intimidante” mensaje. Decidió denunciar el hecho en la tribuna de la Comisión Permanente para que quedara constancia del riesgo que está corriendo por servir a la patria. Quizá nadie le recomendó que hubiese sido más útil –aunque quizá menos espectacular- denunciar ante las autoridades para que determinaran si en verdad es la ministra la autora del mensaje. Nos dicen que ojalá a don Alejandro nunca le lancen amenazas de juicio político o lo rosticen a diario en la mañanera o quemen una figura suya hecha de papel a las afueras del Senado y le hagan un plantón desde del cual le griten improperios día y noche, pues del susto le podría dar un váguido”.
Francisco Garfias en su columna Arsenal en Excélsior:
“Le preguntamos a Ricardo Monreal su opinión sobre los señalamientos de Armenta. El jefe de la bancada de Morena en el Senado puso en duda que los mensajes sean de Norma Piña. Dijo:
Conozco a la ministra. A pesar de que tenemos desencuentros institucionales, yo no le atribuyo que ella sea la que directamente esté confrontando a un miembro del legislativo. Lo que tenemos que hacer todos es disminuir la pasión. A nadie conviene estirar la liga de la relación institucional. Soy solidario con el senador Armenta, pero me resisto a creer que la ministra haya hecho una amenaza directa al presidente del Senado”, concluye.
Por lo anterior, no hay duda alguna del anhelo político -total y absolutamente legítimo- del legislador Alejandro Armenta, de alcanzar la candidatura a Casa Aguayo, lo que no es válido que interprete a su manera y deforme la conversación al afirmar que la Ministra Presidente de la Suprema Corte, “lo amenazó e intimidó“.
Acaso, Armenta ya olvidó el escándalo que protagonizó previo a la elección del 2015, como candidato del PRI a la Diputación Federal por el distrito de Tepeaca.
O su incursión al hotel MM con José Juan Espinosa, en 2018, donde nunca encontraron a Martha Érica Alonso, candidata del PAN al gobierno.
O el video donde supuestamente con Violeta Lagunes pretendían enfermar al abanderado de Morena, Miguel Barbosa Huerta.
-Pero, esas son otras historias-
Por cierto, ayer por la tarde Norma Lucía Piña Hernández publicó en su cuenta:
“Hago esta aclaración por respeto a quienes han demostrado apoyo a mi persona. Por respeto a mis pares y a mi familia. No quiero que mi silencio deje lugar a dudas. Como lo manifesté expresamente en la comunicación personal con el Senador Armenta Mier, sostengo en público lo que dije en privado.
“Sus expresiones sobre datos inexactos, así como sobre la labor de quienes formamos parte del Poder Judicial me indignan.
“Reconozco que la vía utilizada no fue la más adecuada. Confío en que mi modo frontal y directo de hablar se distinga claramente de una amenaza.
“La honestidad es el criterio para construir el México que la Constitución garantiza y que las y los mexicanos nos exigen”, remata.
No hay la menor, “Paris bien vale una misa”.
Al tiempo.