Los 50 alcaldes emanados de Morena –como de oposición- no han dudado en jugar también el juego que juegan los gobernantes en cada proceso electoral, donde de día le dicen a un aspirante que “están con él, o con ella, a morir”; y por la tarde-noche juran “amor eterno” al otr@ suspirante.
En un primer tiempo, el extinto mandatario Miguel Barbosa Huerta jugó con el Canciller Marcelo Ebrard.
Y de manera inesperada, a principios del 2022,
dio el giro hacia Claudia Sheinbaum a terminó
por entregarle la Plaza de Puebla, designando enlace a Julio Miguel Huerta Gómez, quien ocupaba la Dirección General de Gobierno.
Al fallecimiento de Barbosa, lo que llevó al ungimiento de Sergio Salomón Céspedes, quien no dudó en “refrendar el pacto con Sheinbuam”.
-Pero-, no solo lo revalidó, sino lo amplió.
Porque, además de ascender a titular de Gobernación a Julio Huerta, avaló que sea al unísono Coordinador de Precampaña a la Presidencia de Sheinbaum Pardo en Puebla.
Este juego político que juegan los gobernantes ha llevado a que también los ediles de los 217 municipios del Estado de Puebla, especialmente los de Morena, también jueguen su juego.
Así, en acuerdos soterrados, le dicen a Julio Huerta: “Señor Secretario, estoy con usted hasta donde tope”, porque será el próximo gobernador.
El apoyo de la estructura municipal y del electorado se canalizará para posicionarlo y llevarlo al triunfo.
Película que repiten con el Senador Alejandro Armenta.
Historia que extienden al Diputado Federal Ignacio Mier Velazco.
Y alargan con su homólogo, el albiazul Eduardo Rivera Pérez.
Acotándose:
Los presidentes municipales que ganaron los comicios para el trienio 2021-2024, durante el mandato de Barbosa Huerta estuvieron sujetos a un estricto control político.
No podían moverse un milímetro de los dictados –órdenes- del inquilino de Casa Aguayo.
Y quien les giraba las instrucciones era –ni más,
ni menos- el Director General de Gobierno, Julio Huerta.
Todo trato, relación, acuerdo, obras, proyectos y audiencia con el Ejecutivo, pasaba por la oficina
de don Julio.
Los entonces secretarios de Gobernación David Méndez Márquez y Ana Lucía Hill Mayoral, no tuvieron autoridad alguna, -menos ascendencia-, con el primo hermano.
Apanicados con el serial de carpetas de investigación contra funcionarios, ex funcionarios, alcaldes y ex ediles; por cierto, unas justas, otras injustas y el resto fueron “chalecos a la medida”.
Así, fueron detenidos y enviados a prisión 17 ediles y ex diles de noviembre 2019 a noviembre 2022. El primero fue Felipe Patjane Martínez de Tehuacán, tierra de Barbosa Huerta-Huerta Gómez.
Para continuar con el morenovallista Eukid Castañón; el titular de la Auditoría Superior del Estado, Francisco Romero Serrano; el Secretario de Movilidad y Transporte, Guillermo Aréchiga Santamaría; Víctor Hugo Islas, ex director del Colegio de Bachilleres; Rodolfo Chávez Escudero, ex titular de Carreteras de Cuota el periodista y dueño del periódico Cambio, Arturo Rueda; Alfonso Guillén Almaguer, Magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa del Poder Judicial del Estado; Gustavo Luis Huerta Yedra, ex Fiscal de Investigación Metropolitana de la Fiscalía.
La persecución contra Alfonso Esparza, ex Rector de la BUAP; del ex Secretario del Trabajo, Abelardo Cuéllar, entre otros.
Lo que llevó al terreno del pavor e incertidumbre a los presidentes municipales, como integrantes del gabinete, pues tenían claro que si se movían o no atendían “peticiones” de Barbosa… correrían la misma suerte.
El gobierno de odios y resentimientos de Barbosa Huerta quedó claro a su muerte, pues del 14 de diciembre pasado al corte de hoy… han logrado su libertad 7 ex funcionarios y ex alcaldes.
Está claro…
Ya no está Barbosa, pero está el primo hermano.
Lo que lleva a una segunda oleada de cuidado político a los ediles.
Y no dudan en rendir pleitesía al “poderoso” Secretario de Gobernación y “flamante” coordinador de campaña de Sheinbuam.
¿Qué hora es…?
La que usted diga, señor Secretario.
El “quid” aflorará en julio-septiembre cuando Morena suelte nombre del candidato o candidata
a la Presidencia de México.
Y entre septiembre-noviembre el del abanderado
al Gobierno de Puebla.
¿Si no es Claudia Sheinbaum?
¿Ni Julio Huerta?
¿Qué harán las huestes huertistas?
Rezarán el clásico:
“Aposté y jugué por usted señor candidato M…”.
Al tiempo.
