El poblano –y general- Manuel Ávila Camacho fue el último militar en ocupar la Presidencia de México, 1940-1946, entregándole en diciembre de 1946 La Banda Presidencial al civil Miguel Alemán Valdés.
Después de 76 años del traspaso gubernamental que se dio bajo un marco civil, pacífico y ordenado, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, puso un tema candente en la agenda mediática-social:
… “Un militar sí puede ser Presidente de la República, mientras se someta a las urnas”.
… “El Ejército se ha caracterizado por su lealtad y su institucionalidad”.
… “El último Presidente de origen militar que este país tuvo fue (Manuel) Ávila Camacho, que sustituyó a Lázaro Cárdenas”.
… “Desde luego que un militar puede participar en tareas políticas y tener aspiraciones políticas, incluso ser Presidente, pero deberá participar en cuestiones electorales y someterse a las urnas”.
Vaya “misil envenenado” que lanzó el tabasqueño –paisano y hermano de Andrés Manuel, al igual que Sheinbaum y Ebrard- desde Hidalgo, durante las giras que está realizando a los congresos de las 32 entidades federativas para exponer a los legisladores estatales las bondades de la Reforma Constitucional para que las Fuerzas Armadas permanezcan en las calles hasta el 2028.
Apunte político que conlleva forma y fondo.
Señalamiento que parte del número DOS de Palacio Nacional.
Del mismísimo jefe del Gabinete y Secretario de Gobernación.
Y aspirante –“corcholata”- a la candidatura presidencial del 2024, junto a Claduida Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
Y en política no hay casualidades.
Llama la atención que pese haber estado horas antes en Puebla, el “fogonazo” lo soltó en Hidalgo, en virtud que el último militar al frente del Ejecutivo Federal fue el poblano Manuel Ávila Camacho.
¿Qué lo contuvo en Puebla y por qué lo soltó en Hidalgo?
Asimismo, para quién fue el mensaje: “Un militar sí puede ser Presidente de México, mientras se someta a las urnas”.
Que deriva en “te lo digo Pedro, para que lo entiendas Juan”.
“NO QUITO NI PONGO REY”;
IGNACIO MIER “ES MI AMIGO”
La visita -pasado viernes- del inquilino de Bucareli a Puebla estaba llena de expectativas e interrogantes: que si acudiría, o no, al Congreso el gobernador Miguel Barbosa Huerta… que si habría frialdad… reproches… indirectas… o prevalecería la civilidad política.
Sobre todo después del correo epistolar que inició con “El Pacto de La Noria”, cuando comieron chiles en nogada Adán Augusto López e Ignacio Mier.
Al término, el titular de Gobernación declaró:
“Mi amigo Nacho es víctima del fuego amigo”.
“Respaldo a Nacho en las decisiones político-electoral que tome. Y mientras eso sucede, seguirá al frente de la coordinación de diputados de Morena en la Cámara de Diputados”.
La respuesta de Casa Aguayo fue directa, con nombre y apellido:
“Será el pueblo y no el secretario de Gobernación, Adán Augusto, quien defina al candidato a la gubernatura de Puebla en la elección del 2024, declaró el gobernador Miguel Barbosa Huerta al acusar al funcionario federal –Adán Augusto López- de “desequilibrar la contienda en Puebla al pronunciarse públicamente a favor de Ignacio Mier Velazco”.
“Es evidente que el Secretario de Gobernación simpatiza con que Mier sea el candidato a gobernador. También puede ser legítimo como forma de relación personal, pero no de un secretario de Gobernación.
“Y recomendó al responsable de Segob a llevarse a Mier Velazco a un municipio de Tabasco, en donde dicen… hasta una vaca gana”.
Con estos “dos pequeños” antecedentes se dio el encuentro del viernes pasado en la sede del Poder Legislativo de Puebla entre Adán Augusto López y Luis Miguel Gerónimo Barbosa, donde pese a todo imperó la civilidad política, más quedó plasmada la frialdad entre ambos y cuyo saludo fue más que protocolario.
En su intervención en la tribuna del Congreso, López Hernández dijo que “fue el líder del PRI, Alejandro Moreno, quien le ofreció lograr la mayoría legislativa que Morena necesitaba para ampliar la permanencia del Ejército en las calles, con una propuesta ‘inteligente y viable’, mientras al PAN lo acusó de solo disentir, pese a que entregó el país en llamas”.
Ahí, imperó la “guerra de pancartas” entre panistas y morenistas:
“No a la militarización”… No al Narco-Estado”. “Estamos Augusto con la Guardia Nacional”.
Por la tarde y después de tres intensas horas de discusión entre los diputados de Acción Nacional y Morena, con 28 votos a favor, 10 en contra y una abstención, fue aprobada la presencia del Ejército hasta el 2028.
Así, Puebla es el octavo Estado en aprobar la reforma; el primero fue Oaxaca, para continuar Campeche, la Ciudad de México, Sinaloa, Chiapas, Tabasco y Baja California.
Antes de abandonar el recinto legislativo poblano, Adán Augusto López declaró a los medios de comunicación:
“No tengo candidato para la gubernatura de Puebla”, en respuesta a las especulaciones que lo vinculan con Ignacio Mier.
A ello, atajó:
“Me invitó a comer mi amigo, mi compañero, Ignacio Mier Velazco”.
Y dio paso a la revelación:
“Yo no quito, ni pongo rey”.
Órale…
-Porque- al buen entendedor, pocas palabras.
¿O no es así?
Al tiempo.
