Torerías: La riqueza de encastes en la región poblano – tlaxcalteca

En días pasados en la conferencia organizada por el Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino ITDT que dirige el matador José Luis Angelino, donde participaron el matador y ganadero Mario del Olmo y los periodistas Rafa Cue y Memo Leal se mencionó que la plaza de toros México en la “corrida de las luces” se lidiaron ejemplares de diferentes encastes.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia ANCTL, las 257 ganaderías en México y parte de los Estados Unidos se encuentran diseminadas de la siguiente manera: Aguascalientes 10, Baja California 1, Campeche 2, Cd de México 2, Coahuila 4, Durango 3, Edo. De México 13, Guanajuato 34, Hidalgo 16, Jalisco 36, Michoacán 10, Nuevo León 9, Puebla 6, Querétaro 32, San Luis Potosí 14, Tamaulipas 3, Tlaxcala 38, Veracruz 1, Yucatán 4, Zacatecas 18, Texas, USA. 1

La raza, como todos sabemos es el toro de lidia o bravo. Esta bravura se divide en encastes, los encastes que viven en todas estas ganaderías de México y Estados Unidos son: Saltillo, Murube, Santa Coloma, Parladé, Atanasio y Conde de la Corte. Como parte de la aportación científica no hay que olvidar que, en Puebla, la ganadería de El Rocío de Manuel Fernández, es la primera en el mundo en clonar un toro de lidia.

NÚMEROS

Entre Tlaxcala y Puebla suman el 17% del total de las ganaderías bravas registradas, siendo la región que más hierros alberga. De acuerdo con Tauromaquia Mexicana, generan 2,064 empleos directos y 1,026 indirectos. Por lo que todas ellas solas son una industria. Nuestro país tiene destinadas 167,498.76 hectáreas para el toro de lidia, en consecuencia, es en realidad una valiosa huella ecológica la que aportan. Y es esta región poblano – tlaxcalteca la que cuenta con estos encastes antes mencionados. Esta variedad de los llamados encastes permiten apreciar distintos tipos de comportamientos, fenotipos (morfología) y en consecuencia planteamientos de lidia; por lo tanto, son un verdadero abanico de diversidad en favor del espectáculo.

Recientemente vimos en Pachuca una corrida de El Salitrillo, cuyo origen es la ganadería tlaxcalteca de La Joya, encaste Parladé. Y en Tlaxcala capital, el 02 de noviembre, se hizo presente el encaste Saltillo a través de la mítica ganadería de Piedras Negras. Los aficionados pudieron ver planteamientos de lidia distintas, pintas y comportamientos que dejan hoy en claro que México goza de una importante variedad que enriquecen aún más la fiesta taurina del país. La tauromaquia en México goza de una vitalidad en el campo que valdría la pena que se siga reflejando en las plazas de toros. La entrada en La México el pasado sábado fue muy buena superando los 20 mil aficionados, mientras que en Tlaxcala se agotó el boletaje. Lo que permite confirmar que gran parte del atractivo en las corridas ha sido ese revulsivo en los potreros mexicanos.

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