Comenzamos la tercera semana de enero y las “sorpresas” pre electorales continúan, pues luego de que Alejandro Armenta advirtiera que tiene su expediente armado para presentarse en caso de declinarse por el sí para buscar la candidatura por la alcaldía de Puebla, Gabriel Biestro no se quedó atrás y Claudia Rivera tampoco no fue la excepción.
Y es que la cabeza de los diputados morenistas en el congreso local no pierde las esperanzas de ser el elegido por el gobernador del estado, Miguel Barbosa, pese a que las malas lenguas cuentan que este ya tiene en su lista de favoritos al Lalo Rivera Santamaría.
Pues no es para menos ya que de quedar fuera de esta prestigiada lista, quedaría también fuera de toda nómina gubernamental o partidista, enviándolo por tres años al baúl de los recuerdos políticos, así que sí o sí debe hacerse notar en las altas esferas para recomponer el camino de creerse “el consentido” del ejecutivo poblano y despertar de sus laureles para conservar sus beneficios.
Por otro lado, pese a lo que digan las redes sociales, Claudia Rivera Vivanco busca aprovechar los tres años extras que le otorga la ley para continuar el trabajo en beneficio de la ciudadanía poblana y es que contrario a lo que muchos pudieran pensar, aunque con bajo perfil, el trabajo en el municipio ha existido desde antes de que llegara la pandemia sólo que no es cacareado en público, pues a diferencia de muchos otros que se limitan a dar una conferencia de prensa matutina (entre amigos), la morenista ha continuado con las obras y generando estrategias en pro de las y los poblanos.
Por eso que no le caiga de sorpresa que el próximo miércoles la alcaldesa se despida de su oficina en el Palacio Municipal para subirse al ring del 2021.
Pero el tema no es tan sencillo como parece, pues pese a que a la vista Alejandro Armenta sólo se ha limitado a presumir su trabajo legislativo, (y muy merecido lo tiene después de ser de los más productivos) sin hacerlo notar demasiado goza de una excelente relación con el líder morenista en el senado e íntimo del mismísimo presidente de la república, Ricardo Monreal y ni se diga de la cercanía con el mandamás del partido en el poder, Mario Delgado.
Pues tales son sus credenciales que, como se dijo en esta columna la semana pasada, pese a que él no está del todo convencido de competir por la alcaldía de Puebla, pareciera que una de esas voces en lo más alto es quien le está dando la encomienda de que entre a la jugada para darle el impulso, que bastante falta le hará a Morena, para los siguientes comicios.
Pero si piensa que hasta ahí llegan los alcances de Armenta Mier en el partido de López Obrador se equivoca, pues cuentan por los pasillos que dentro de los diversos procesos de selección de candidatos que está realizando Morena a lo largo y ancho del país para este 2021, se encuentra el senador realizando tareas encargadas desde los altos mandos del partido.
Así que no le sorprenda el reciente espaldarazo que le dio el propio Barbosa, pues si esas indicaciones vienen de lo más alto no le quedará más que aceptar que quien figure en las boletas sea el ex priista y aunque no lo acepte, con esas condiciones, parece que poco podrá hacer.
Pero basta recordar la frase “no hay enemigo de pequeño” para reafirmar que no se debe confiar de esos “apoyos”, pues como si hablar con alguien de ideología contraria fuera un delito, un reconocido periodista que dirige un periódico nacido con llegada de Barbosa Huerta a Casa Aguayo, dedicó unas líneas contra el senador (pareciera por encargo), dejando a la vista que el aparato de espionaje del estado continúa activo.
Pero tranquilos que como ya lo dijimos el respaldo de Armenta Mier viene de más arriba que el poder de un ejecutivo estatal, por lo que ni la filtración de una conversación con la “mafia del poder” le podrá restar los suficientes puntos como para dejarlo fuera del juego, así que si usted es de lo que aún subestima al senador, le aconsejo reconsiderarlo.
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Circuló que la regidora Rosa Márquez quiere entrar a la pelea por la alcaldía de Puebla y es que hay que recordar que es la cabeza del G5, grupo que se ha dedicado a señalar hasta cuantos lápices ha gastado Claudia Rivera durante su gestión.
Y no es para menos, pues la regidora además de ser madre del actual secretario de gobernación, David Méndez Márquez, es una de las personas más allegada al gobernador del estado por lo que no es extraño que se quiera sumar a la lista (pese a no tener posibilidades), sólo para confrontar a la actual alcaldesa, como una consigna política.
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Tal es la desesperación de Morena por retener en sus manos el poder, que en diversas zonas del país ha recurrido a figuras de la farándula y el deporte para atraer la atención de los votantes y Puebla no es la excepción.
Aquí le toco el reflector a José Luis Sánchez Sola mejor conocido como “El Chelis”, pero tal es el grado de desesperación que literalmente lo presentaron como aspirante a lo que fuera, sin precisar una cargo en específico, como si este proceso se tratara de una tómbola.
Y es que no es para menos, pues tan sólo en la capital del estado los números, desde el proceso en el que “ganó” Luis Miguel Barbosa, favorecieron al Partido Acción Nacional y de acuerdo con las encuestas esta tendencia se mantiene, por lo que como se ha dicho más de una vez, en el 2021 Morena sólo tiene dos opciones, retener el poder o despedirse en mucho tiempo de que un gobierno de izquierda tenga el control.
Ya lo decía un servidor en la columna de la semana pasada, la caída de Donald Trump en los Estados Unidos, es sólo el principio de lo que podría verse como el fin de los mandatarios populistas en el poder.
Así que no se sorprenda si de pronto el ex técnico de La Franja termina compitiendo por una alcaldía en la que el primer candidato elegido no muestre los mejores números.
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La renuncia de Vanessa Barahona a la secretaría de turismo del estado sorprendió a más de uno, aunque no debemos olvidar que se asoma un proceso electoral, motivo suficiente para que la ex funcionaria de Enrique Peña Nieto renuncie a su cargo a fin de buscar una posición de más poder político y un sueldo nada despreciable.
La pregunta que no hay que dejar de lado es, ¿de cuál partido buscará cobijo? Y es que conociendo a la maestra en derecho, tiene la capacidad de volver al priismo como si nada hubiera pasado, al igual que no tendría empacho en contender por Morena, luego de olvidar como atacaba a este partido y sus actores (incluido el actual gobernador de Puebla) en el proceso del 2018.
Solo faltaría (y no sería sorprendente) que ahora buscara el cobijo de Acción Nacional para alcanzar algún cargo en el proceso venidero, habrá que estar atentos a los movimientos de la litigante.
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El caso Cienfuegos terminó tal cual se tenía previsto, pues uno de los pilares de la cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador, las Fuerzas Armadas, no podían verse debilitadas o corrompidas por la corrupción y el crimen organizado, pues eso implicaría aceptar un fracaso en el proceso que se busca instaurar en México.
Pero el tema es aún más complejo, pues con la salida de Donald Trum de la Casa Blanca y la publicación de las más de 700 páginas armadas por el gobierno norteamericano contra el exsecretario de defensa, se avecina una confrontación constante entre ambas naciones.
Y no es para menos, pues el jefe supremo de las fuerzas armadas mexicanas prácticamente acudió a la Unión Americana a levantarle el brazo al candidato republicano pero desairó al demócrata sin considerar que este último pintaba como el favorito para ocupar la oficina oval.
Así que habrá que tomar lentamente la llegada del nuevo inquilino a la Casa Blanca para ver cuáles son las acciones que tome en torno a la relación bilateral entre México y Estados Unidos, aunque debemos esperar lo mismo que AMLO ha otorgado a la nueva administración, desdén y desinterés.
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Víctima de lo que tanto defendió López Obrador ahora se dice acorralado por el INE luego de que se le prohibiera la difusión de sus mañaneras durante el periodo electoral y es que lo que en su momento vio como una posibilidad de seguir en campaña para apoyar a su partido, el órgano electoral y la ley ahora se la están quitando.
Sólo queda pedirle a sus asesores que le muestren la normativa que por años ha existido, en la que la comunicación institucional de los gobiernos se limita a información de situaciones de emergencia durante los procesos electorales y el motivo no es “molestar” al mandatario en turno, sino brindarle imparcialidad al electorado, cosa que ha sido escasa desde el 1 de diciembre del 2018.
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